Trasfondo geopolítico de la recaptura del Chapo Guzmán
Detrás de la fuga y recaptura de
uno de los hombres más poderosos del mundo se encuentra un drama qué es el narcotráfico,
no sólo para México sino para toda la región latinoamericana.
La realidad es indica que podrán
capturar y/o matar decenas de “chapos guzmanes”, se producirá el mismo efecto:
es decir, volverá a aparecer otro. No por nada, a este tipo de eliminación o
captura, en la jerga militar, se la llama “cortar el césped”, dejando claro de
que siempre vuelve a crecer.
Es que el narcotráfico, junto con
la venta de armas, es ni más ni menos que la industria más rentable del planeta,
para colmo de males, estos dos lobbies se encuentran íntimamente relacionados.
Se calcula, grosso modo, qué 1
kilo de cocaína pura, tiene un costo de fabricación de 1.000 dólares en las
selvas latinoamericanas, y puede llegar a venderse a 50.000 dólares en algunos
barrios estadounidenses o europeos. De esta manera, los beneficios del
narcotráfico son demasiados atrayentes para los jóvenes de barrios marginales
(y no tan) inmersos en una ola consumista en dónde el dinero representa el
único Dios verdadero. En las paredes de algunas
cárceles de centro-américa, puede leerse una frase que resume el porqué de esta
mano de obra inagotable que abastece al narcotráfico: “más vale vivir como rico
5 años que 60 como pobre”.
La violencia generada por el
narcotráfico en México ya ha causado más de 60.000 muertos desde que ha comenzado
la ofensiva militar del ex presidente Felipe Calderón en el 2006. Y las cifras continúan
en aumento de manera dramática durante el actual mandato de Enrique Peña Nieto.
Los expertos se preguntan acerca
del futuro de México teniendo en cuenta que, por un lado, los carteles de la
droga nunca han sido tan poderosos, y que por otro lado, la política militarista
del estado ha sabido generar una violencia sin precedente en dónde el propio
Estado mexicano parece no tener el control de su territorio, poniendo en jaque
de esta manera su propia soberanía. La desaparición de los 43 estudiantes representa
un ejemplo de lo más macabro.
Si algo ha quedado claro en los
últimos 30 años, tanto en el caso colombiano como en el mexicano, es que el
militarismo, lejos de solucionar el problema del narcotráfico, en el mejor de
los casos, logra desplazarlo hacia algún otro país del continente, o bien más
pobre o bien con menos experiencia en la lucha contra las narco-organizaciones;
de ahí la necesidad de pensar regionalmente la problemática de esta oscura
plaga que azota nuestro continente.
Y por supuesto está el tema de la
dependencia que la lucha desigual entre los “pobretones” estados
latinoamericanos y los poderosos carteles de la droga genera. Para combatir la
tecnología y el poderío militar que el narco-sistema puede pagar a sus anchas,
la ayuda internacional se hace imprescindible, por no decir vital, siendo los
Estados Unidos, el único país que ofrece este tipo de ayuda, y en ese sentido,
nada es gratis, bien lo sabe nuestro continente.
Imágenes del geopolitólogo Damian Jacubovich experto en narcotráfico
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