Geopolítica militar mundial: los nuevos conflictos armados del siglo XXI

Por Damián Jacubovich
Las nuevas guerras del siglo XXI

 A imagen de nuestras sociedades, las guerras evolucionan “gracias” al avance de la ciencia. Nuevos términos hasta hace poco, ciencia ficción, se materializan hoy en esta aldea global: conflictos asimétricos, guerras híbridas, disparos robóticos, drones, ataques cibernéticos…

Una de las características que ha traído este siglo son los cada vez más ocurrentes « conflictos asimétricos » que oponen fuerzas estatales y grupos armados no-estatales, materialmente insignificantes comparado con los Estados que los combaten. El término ya había sido analizado por Sun Tzu en el Arte de la Guerra (V siglo A.C.) El llamado terrorismo y las guerrillas constituyen un ejemplo de este fenómeno. En muchos de estos casos, ese enemigo es percibido como un criminal y no como un beligerante, cuyos derechos no se encuentran regidos por Convenciones Internacionales.

No es de extrañar en ese sentido que también aparezcan nuevos términos, como él de guerra híbrida: es un concepto de origen americano que define una nueva modalidad de guerra, que combina justamente el tipo de guerra tradicional típico com por ejemplo el de la segunda guerra mundial basado en el poder de fuego con el de los conflictos asimétricos como lo son los mencionados terrorismos o guerrillas. Este tipo de guerra es lo que puede observarse hoy en día en Medio Oriente con la lucha contra el Estado Islámico, quién representa en muchos sentidos un adversario híbrido para Occidente ya que combina capacidades militares clásicas como artillería, tanques, misiles y opera en ese sentido en ciertos escenarios como los Estados tradicionales y por otro lado, esta organización también lleva a cabo prácticas de terrorismo internacional implementando acciones de guerrillas, propaganda en los medios de comunicación, en las redes sociales, en síntesis representa dos modalidades de guerra combinadas. 

La tecnología siempre ha sido el elemento clave de las guerras. Un claro ejemplo, fue la utilización del estribo por los ejércitos mongoles en el siglo XII y XIII que les permitía a los jinetes tener las manos libre para disparar, una novedad decisiva para vencer sus enemigos más occidentales. Esta tecnología, el estribo, los primeros rastros más antiguos son del 200 AC en la región de India,  resultó en gran parte (no en toda) decisiva para que los mongoles se hicieran con casi la mitad del globo terráqueo. 

Muerte por control remoto

 
A nivel tecnológico militar, la principal evolución de este siglo consiste en poder cometer actos de guerra, sin tener necesidad ni de movilizar ni de poner en riesgo los conscriptos (cuyas muertes hoy suelen ser muy costosas para el rating de los gobernantes).

En este marco, existe la posibilidad de que las máquinas puedan cometer actos de violencia programados, implicando el poder delegar nuestra capacidad de discernimiento a la hora de cometer dichos actos, un elemento esencial en la atribución de la responsabilidad. El recurrir de forma creciente a la tecnología en materia de hostilidades bélicas pone en relieve cuestiones de alta complejidad relacionados con la responsabilidad legal, teniendo en cuenta, entre otros elementos, la cantidad de personas (civiles y militares) implicados en el proceso que va desde la concepción misma del arma hasta su utilización. ¿A quién se le debe atribuir la responsabilidad de un ataque ilegal cometido por un robot debido a un disfuncionamiento técnico? ¿A la persona autora de la concepción, al operador, a ambos?


 Veamos con un ejemplo como los llamados a disparos a distancia también genera debate a nivel del alcance jurídico. En agosto del 2015, Royal Air Force (RAF), el ejercito británico  mató a 2 djadistas británico que iban en un vehículo con un dron reaper, valor 15 millones de dólares a casi 5 mil kilómetros de distancia. El hecho desató una ola de críticas por parte de las organizaciones defensoras de los derechos humanos. La guerra de esta manera se vuelve unilateral, suprimiéndose todo derecho de reciprocidad. El dron es el instrumento de la guerra asimétrica contemporánea. Para algunos analistas, el poder matar a un objetivo humano a distancia del territorio equivale de alguna manera a volver a implementar la pena de muerte, ya que se mata a alguien violando el derecho internacional que legitima el uso de la fuerza de los Estados solamente en caso de legítima defensa. Nos encontramos cada vez más alejados de la guerra tal que la define Clausewitz (teórico militar prusiano del siglo XIX) que define la guerra como un duelo entre dos combatientes o bien una multitud de combates encastrados los unos en los otros .Con la muerte de los individuos por drones se producen ejecuciones extrajudiciales de individuos, culpables o presuntamente culpables de actos atroces, no han sido juzgados conforme al derecho, ni que hablar de los errores en la muerte de civiles inocentes por mala definición de una cámara. Ni que hablar de la violación a la privacidad individual de individuos que son observados durante cantidad de tiempos o de países que ven como sus fronteras son violadas sistemáticamente. Numerosas preguntas surgen para ahogarse inmediatamente en una laguna del derecho en la cual recién ahora comienzan los expertos a sumergirse.
Alerta dron

¿Si falla un dron y causa muertes innecesarias, quién paga?
¿El soldado que estaba a cargo, El estado poseedor del dron, el fabricante, El Estado vendedor?
El acceso a la tecnología de los drones no está reglamentado en el mundo, cualquier "ser humano" puede tener fácil acceso
¿Cuándo se empezará a reglamentar? Seguramente cuando tengamos el primer atentado terrorista en alguna gran ciudad o bien cuando algún ciudadano estadounidense u otro, en vez de salir a matar gente en modalidad lobo solitario armado, lo haga a través de un dron

Damián Jacubovich  geopolitólogo
Resumen
El ciberespacio se ha transformado en una fuente de conflictos internacionales. En el 2016; la OTAN lo ha reconocido recientemente de manera oficial como uno de los nuevos campos de batalla: EE.UU, Rusia, China e Israel pican en punta, lejos la UE. y América Latina lamentablemente a años luz
¿Cuál es la importancia del ciberespacio en la geopolítica actual?
Para la mayoría de los analistas, por no decir todos, el cyber espacio se ha convertido en un sistema vital para nuestro modelo de sociedad, transformándose (como no podía ser de otra manera, conociendo la naturaleza humana) en una fuente de conflictos de tensiones internacionales, a tal punto que recientemente la OTAN, el brazo armado de Occidente, ha reconocido el cyberespacio como uno de los campos de batalla. 
Hace tiempo que las potencias ávidas de supremacía han traslado sus conflicto o bien sus capacidades de disuasión, al espacio exterior. Porqué la ecuación se está volviendo cada vez simple en ese sentido, "quién controla el espacio controla la Tierra, ya que nuestro planeta  esta última cada vez más dependiente a nivel tecnológico de lo que ocurre allá arriba. "El cosmos, ya se ha convertido en un eje geoestratégico fundamental". Estados Unidos oficializa la era de las fuerzas armadas espaciales.

¿Cómo podemos definir una ciberguerra y cuáles son los antecedentes en la historia reciente?
Comencemos por una definición de lo que es una cyberguerra  que siempre ayuda a posicionarse dentro de un contexto. La guerra de información representa toda actividad destinada a adquirir datos y conocimientos (y a privar al adversario de éstos) con un fin estratégico, sea a través de sistemas (vectores y medios de tratamiento de la información), sea por el contenido, asegurando una dominación sobre los flujos de datos». La ciberguerra sería entonces la dimensión técnica de esta guerra de datos, un nuevo instrumento si se quiere para responder a funciones seculares tales que la conservación del secreto, espionaje, sabotaje o propaganda. Como lo sostienen la mayoría de los autores, la cyberguerra no existe por ella misma, esto significa que no es Internet que creo la Cyberguerra, o la bien que la Cyberguerra que se creó a ella misma, sino que la Ciberguerra llega como soporte a instrumentos más clásicos. « La guerra tiene por finalidad última una acción sobre el mundo físico y real. De alguna manera, la dimensión cibernética aporta "solamente" un medio suplementario, mediante nuevos sistemas y herramientas para poder accionar sobre el mundo físico. En ese sentido esta "dimensión digital" puede sin embargo en la actualidad brindar una ventaja determinante o bien permitir una ventaja estratégica.

D. Jacubovich experto en defensa

Si debiéramos situar el primer antecedente de una cyberguerra, la mayoría de los expertos se remontan a abril del 2007, cuando Rusia ataca cibernéticamente Estonia afectando páginas web de bancos, medios de prensa y organismos gubernamentales que terminaron colapsando debido a niveles sin precedente de tráfico en internet. Otro ataque cibernético histórico fue el que sufrió Irán en 2010 a través de sus centrales nucleares dañando el programa nuclear. En ese ataque Estados Unidos e Israel fueron señalados como culpables. El último antecedente de importancia para señalar es en 2017, la víctima en ese momento fue Ucrania, cuando un ataque cibernético en pocas horas afectó las terminales de bancos, negocios, estructuras de transportes. 

¿Cuáles son las nuevas problemáticas que genera la ciberguerra?

Lo primero para señalar es que las fronteras de lo que es y no es una ciberguerra aparecen como difusa. Hasta donde uno acto de piratería entra en los contextos de una ciberguerra? Por otro lado, estas ciberguerras generan incontestablemente nuevas problemáticas, ya que por ejemplo, el atacante del cibermundo se beneficia por el anonimato así como de la imprevisibilidad y dificulta el poder identificarlo como un « enemigo » a vencer. Internet brinda efectivamente esta novedosa oportunidad de colocar individuos más allá de las fronteras y poder influenciar los Estados así como las opiniones públicas y a la vez difundir ideologías. Por supuesto que el control de las imágenes y de la información se han vuelto para bien y para mal, mucho más difícil, cuando antes bastaba con controlar la televisión y los diarios. En efecto,  el ámbito de la ciberguerra, una de las cosas que los Estados y demás poderes, no han podido controlar, es lo que se llaman la guerra de los contenidos, es decir poder controlar la “veracidad” de la información que circula, y ahí cabe aplicarle mucha cantidad de comillas a la palabra veracidad por supuesto. Finalmente una dificultad hay que agregar, es el tema de que los actores privados, es decir no estatales también tienen un poder de fuego cibernético muy importante en este rubro y pueden utilizarlo.

¿Cuál es la situación de las distintas potencias en general en esta área?

Si tuviésemos que nombrar uno de los países que primero a entendido este cambio de paradigma, o bien esta mutación en materia de enfrentamiento, es sin dudas, Rusia, que al verse enormemente debilitado armamentísticamente luego de la caída del Muro en 1989, se vio obligado a re pensarse militarmente de manera urgente y tratar de reducir con el menor presupuesto posible y en el menor tiempo posible  el abismo militar con EE.UU. Internet apareció como una especie de respuesta a sus plegarias. Rusia entendió que podía aprovechar a invertir en el campo cibernético para recuperar el tiempo perdido. De hecho en la actualidad se ha convertido sin dudas en una de las grandes potencias militares en el campo cibernético, casi igualando los Estados Unidos en lo que refiere la capacidad de daño cibernético, y eso, con muchísimos menos recursos que la super potencia del Norte. A la vez que Rusia por un lado avanzaba en sus investigaciones y programas, por el otro lado, se ocupó de abanderar en el campo diplomático, la lucha contra la hegemonía estadounidense respecto de Internet. Otros dos países que entendieron rápidamente y antes que el resto,  esta revolución digital que se venía produciendo y que podía de alguna manera modificar las relaciones de fuerzas en el campo militar, fueron Israel y China. La mayoría de los analistas coinciden que estos tres países partieron con cierta ventaja respecto de los demás países incluso respecto de Estados Unidos, sobre todo en materia de inteligencia. Uno de los errores que se le adjudica a la superpotencia estadounidense es haber priorizado la utilización del ciberespacio en tiempos de guerra y no en tiempos de paz, como si lo hicieron Rusia, China e Israel.
Respecto de la capacidad de Internet a reducir brechas militares entre países, un claro ejemplo es el caso de Irán, que en 2010, recibió el ataque por parte de Estados Unidos e Israel y un año después lograba dar un golpe cibernético en el corazón mismo de Estados Unidos en 2011, más precisamente, en instituciones financieras de New York.

Conclusiones
¿Cuáles son las dificultades y desafíos respecto de la geopolítica de Internet?
Un tema importante en el mundo digital, es tener en cuenta, y esto es válido, tanto para el sector privado o el sector estatal, incluso también para los propios individuos es que a medida que avanzan en su proceso de digitalización, es decir más están conectadas, más se van vulnerabilizando a nivel digital. Y eso la mayoría de las potencias lo tienen bien claro.  Es por eso que numerosos analistas, señalan el peligro de la fracturación de Internet, es decir que cada país desarrolle la capacidad de ser autónomo a nivel de Internet, lo que significa, tener la capacidad de enchufarse y desenchufarse del resto del mundo según el contexto geopolítico que se esté viviendo. Es un poco la dirección que ha tomado China y es un poco el sendero que está tomando Rusia.

Conclusión
Esto da para preguntarse si Internet y el mundo numérico  no se han finalmente desarrollado sin tener en cuenta el aspecto de la seguridad? Antes tantas facetas que la geopolítica de Internet tiene, cuáles serían las urgencias en esta materia?
Numeroso especialistas señalan la falta de un organismo internacional que rija este tema, a sabiendas de las grandes falencias democráticas que existe en los organismos internacionales de la actualidad. 
Hoy en día si bien existen organismos que rijan el tema de la salud, el tema del nuclear, el tema de la aviación, no hay nada aún respecto a Internet. No vamos a ser ingenuos y no vamos a pretender la creación de un organismo democrático al respecto; porque no los hay; pero las remotas chances de poder crear una legislación mundial al respecto es que las super potencias negocien y consensuen al respecto. 
Nuestra dependencia de la tecnología conlleva necesariamente una mayor vulnerabilidad respecto a incertidumbres científicas así como a riesgos de disfuncionamiento técnico que podrían provocar grandes catástrofes humanitarias inéditas, como accidentes tecnológicos mayores, parálisis de los sistemas de salud o de aprovisionamiento de un país debido a la destrucción de las redes informáticas en el marco de las llamadas cyber-guerras. Basta mencionar el ataque sufrido en el 2010 por el sistema informático de las centrales nucleares iraníes por el virus Stuxnet a manos del bloque occidental.
También vale la pena preguntarse que pasará el día que hackeen el sistema informático de un ejército de drones.
La conclusión no es novedosa, las tecnologías han evolucionado más de prisa que la humanidad. A modo de muestra, basta decir que el hombre ha construido un sistema planetario en donde la guerra sigue siendo el mejor de los negocios.