La amalgama entre el Estado y la llamada Ciencia Intercultural ya no resulta un concepto novedoso en este principio de siglo XXI. En numerosos países tales que Colombia, México, Canadá, etc.), la interculturalidad se convierte poco a poco en el eje fundamental de la dinámica estatal.
Este nuevo eje de las políticas gubernamentales se encuentra sostenido por resultados cada vez más alentadores, que no hacen más que reforzar la cohesión social de los sistemas democráticos que las aplican.
A nivel estatal se trata de trabajar para una mejor integración y canalización de grupos sociales y culturales diferentes detrás de un mismo proyecto de Estado - Nación asegurando de esta manera la cohabitación armoniosa interna de cada país.
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