Geopolítica del agua en América Latina: la guerra por el oro azul amenaza el planeta por Damián Jacubovich

Geopolítica hidráulica: las guerras del agua por Damián Jacubovich

En acentuada escasez,  mal distribuida en el planeta, a menudo derrochada por la falta de concientización de las poblaciones que la utilizan, el agua dulce, también llamada “oro azul” por su creciente valor, ya se encuentra en el centro de las geoestrategias y geopolíticas de las diversas naciones del planeta.

Desde el 2010 las Naciones Unidas han declarado el acceso al agua potable como un derecho humano. Sin embargo el agua insalubre resulta la primera causa de muertes en el mundo. A modo de estadísticas, aproximadamente 7.500 personas (de las cuales 5.000 niños) mueren por día por la falta de saneamiento del agua. 1.800 millones de personas en el mundo utilizan agua contaminada por materia fecal. 2.600 millones de personas no tienen acceso a un saneamiento de agua digno. De esta manera los problemas relacionados con el agua matan por año, 10 veces más que todas las guerras del planeta. Un habitante de la tierra sobre siete no tiene acceso a una agua de calidad. Según previsiones para el año 2025 un total de 1.800 millones de personas vivirán en regiones que presentarán absoluta escasez de agua como consecuencia del calentamiento global y el aumento demográfico; lo que podría generar flujos migratorios difíciles de controlar hacia el resto de los países, dando espacio a una nueva figura para la legislación internacional: el refugiado climático. Finalmente como dato global es importante tener en cuenta que 97,5% del agua del planeta es salada y por lo tanto no potable.
La geopolítica del agua presenta por lo tanto consecuencias y desafíos que abarcan niveles políticos, económicos y sociales de todo el planeta, tanto por el tema de su disponibilidad como por el tema de su gestión. Las recursos del agua parecen ya no responder en la actualidad a las necesidades de la población mundial. Las razones de esta “crisis” que vive el agua son numerosas: aumento de la población, cambio en las costumbres alimenticias y la tendencia global creciente al consumo de productos que precisan más irrigación como las frutas y verduras (según estudios se calcula que los alimentos que consume un vegetariano en un día en Europa implican 2400 litros de agua diarios o mismo la carne, en donde se calcula por ejemplo en los Estados Unidos que para obtener un 1 kilo de carne se necesitan 15.000 litros de agua). Otro factor clave de la crisis del agua es el cambio climáticos ya que el recalentamiento global no hace más que empeorar el panorama acuífero mundial, afectando fuertemente el circuito hídrico mediante la sobreevaporación de las reservas acuíferas) …

Geopolítica mundial hídrica

Para numerosos geopolitólogos el agua es considerada como un elemento de estabilidad interna y de soberanía en numerosos países. En muchos  casos se encuentra presente en el dibujo de las fronteras jugando de esta manera un rol esencial en la territorialización de los Estados.

Mientras que la atención del mundo entero se centra principalmente en los combustibles y los alimentos, el tema clave del agua, es ya en la actualidad eje de numerosos conflictos o también llamadas “violencias hidraúlicas” en materia de relaciones internacionales para varios países del planeta.  
Los ejemplos de las fuertes tensiones por los recursos hidráulicos o las "llamadas guerras de agua" abundan: Etiopía, Uganda, Egipto y Sudan por el Río Nilo, Mexico y Estados Unidos por el Río Colorado, etc. (ver gráfico a continuación).

Suramérica y el agua dulce: de nada sirve tener recursos sino se sabe gestionarlo

El Acuífero Guaraní se sitúa en el continente suramericano y constituye la reserva subterránea de agua dulce más grande del mundo. De esta manera con aproximadamente un 6% de la población mundial, nuestro continente posee casi un 33% de los recursos de agua dulce del planeta, la mayor parte de estas reservas se encuentran concentrada en dicho acuífero. Sus 3100 m3 de agua per cápita por año, duplican el promedio per cápita mundial. La gran mayoría de los países de la región cuentan con disponibilidades catalogadas entre altas y muy altas en razón de su superficie y población. De todas maneras es importante señalar que la disponibilidad del recurso no significa que éste mismo sea accesible para la totalidad de la población. En ese sentido países como Perú, El Salvador y México desde ya experimentan una seria escasez  de agua lo que algunos analistas denominan “stress hídrico”.
Cada uno de estos países merecen un análisis diferenciado: El Perú si bien resulta un país rico en disponibilidad de agua, sus principales asentamientos urbanos y actividades económicas se encuentran en la costa en zonas desérticas, por lo tando la accesibilidad del recurso se torna difícil y costosa.

La problemática del agua en México radica en la creciente migración campo/ciudad, en especial, hacia México D.F., uno de las principales conglomeraciones del mundo. En dicho centro urbano se encuentra la quinta parte de la población y las principales actividades socioeconómicas de dicho país (más 20 millones de habitantes) y una sexta parte de los acuíferos mexicanos ya se encuentra sobreexplotados, y la creciente demanda de los centros urbanos implica la importación de aguas de otras regiones. P.e. México D.F. ya importa el 45% del agua que consume del interior del país.

El Salvador, con 21,040 km2 , es uno de los países más deforestados y densamente poblados de América Latina, con 333 habitantes/km2. Cuenta con una cobertura boscosa original de tan sólo el 3% de todo el territorio y con una población estimada de 6,9 millones de habitantes. Este pequeño país depende de una gran cuenca que abarca el 50% de su territorio. Se trata de la deteriorada cuenca trinacional del río Lempa (compartida con Honduras y Guatemala). El elevado nivel de erosión de las laderas existentes en la cuenca de este río como resultado de la elevada deforestación y conversión de los usos del suelo, ha incidido decididamente en el stress hídrico que este país padece. San Salvador, donde se concentra la tercera parte de la población del país, debe importar el 25% del agua que consume del río Lempa, ya que su principal acuífero se encuentra sobreexplotado.


Finalmente el caso de Chile resulta interesante para analizar el impacto del agua en la industria de la minería. Según se calcula para extraer una tonelada de cobre se requiere 500 litros de agua. Si a esto se le suma que casi el 30% de las reservas mundiales de cobre se encuentran en el norte de Chile en una región quasi seca como es el desierto de Atacama, los desafíos de la geopolítica del agua se materializan al instante.

Geopolítica suramericana del agua: el Acuífero Guaraní
El Acuífero Guaraní se extiende por debajo de la superficie de partes del ParaguayArgentinaBrasil y Uruguay con la distribución siguiente.
·         en Brasil ocupa 840.245;km² aproximadamente
·         en Argentina ocupa 225 000 km² aproximadamente
·         en Paraguay ocupa 70 000 km² aproximadamente
·         en Uruguay ocupa 45 000 km². Aproximadamente

Cerca del 71% de la extensión del Acuífero se encuentra bajo suelo brasileño, seguido del 19% que le toca a Argentina y, ya más de lejos, un 6% a Paraguay. Pero este pequeño porcentaje paraguayo quizá es de los más importantes, ya que es en este Estado en el que se encuentra la zona de recarga del Acuífero.

Para tener una idea de las fabulosas dimensiones del acuífero basta con considerar que supera en tamaño a España, Francia y Portugal juntos.

Para tener una idea de las fabulosas dimensiones del acuífero basta con considerar que supera en tamaño a España, Francia y Portugal juntos. Según el informe del Instiuto Nacional del Agua (INA) podría suministrar el recurso a 6 mil millones de seres humanos durante 200 años a razón de un consumo diario de 100 litros per cápita.



Teniendo en cuenta que los informes de la ONU afirman que para 2025 las dos terceras partes de la población mundial se verán afectados por problemas vinculados al acceso de agua potable, el valor de este acuífero adquiere más valor.
 
El agua dulce, es quizás uno de los recursos naturales más preciados del continente, igual o más que el petroleo, y asi mismo la defensa de los recursos naturales suramericanos representan, a través de su Consejo de Defensa Suramericano, junto con el resto de los recursos naturales uno de los principales motores de la integración regional.

 El Acuífero Guaraní y la triple frontera  
Geoestratégicamente hablando es importante señalar que el Acuífero Guaraní pasa por la Triple Frontera, el enclave fronterizo compartido por Paraguay, Argentina y Brasil. Ha existido desde hace algunos años, una presión internacional (y particularmente desde los Estados Unidos en la era Bush) para que los gobiernos que comparten la triple frontera ejerzan un mayor control en las zonas de “Triple Frontera” donde algunos informes señalaban la presencia de posibles “células durmientes” del terrorismo yihadista internacional. Además, esta situación, unida a otros factores relacionados con actividades ilegales como el narcotráfico y el comercio de armas, han hecho elevar considerablemente la presencia de efectivos de los cuerpos y fuerzas de seguridad estatales de los países implicados en sus respectivas fronteras. Para muchos analistas, detrás de esta presión internacional subyace, un interés por parte de Occidente de tener justamente una mano puesta en el acuífero. 


Además del Acuífero Guraní, en América Latina hay grandes ríos como el Amazonas, el Orinoco o el Magdalena, si a esto se suman las nieves eternas de las cordilleras y los glaciares del Cono Sur, América Latina dispone de 65% del agua dulce del mundo, según cálculos del Programa Ambiental de las Naciones Unidas (UNEP).
Sin embargo, la relación entre oferta y demanda de agua da lugar a realidades muy distintas por país. Sin contar el uso de agua potable para consumo humano, Brasil y Argentina muestran los mayores saldos de exportación acuífera, básicamente por sus gigantescos envíos de cereales y carne al resto del mundo. En el polo opuesto se ubica México, con un enorme déficit (ver recuadro). Deficitarios son también Chile, Perú y Venezuela, mientras que Colombia, Ecuador, Paraguay, Bolivia y el resto de Centroamérica tienen superávit.
“Los déficits no reflejan necesariamente una escasez de agua, sino también una matriz de comercio en la que se importan muchos productos intensivos en agua”, dice Arjen Y. Hoekstra, director científico de la WFN. 

Geopolítica del agua en México
“El caso de México es definitivamente el de una escasez significativa, que se compensa importando agua virtual de Estados Unidos y Canadá”. Otros países de la región, teniendo agua abundante, importan, sin embargo, productos intensivos en agua como carne, alimento para la ganadería o trigo.
Dada la creciente demanda, muchas fuentes de agua están sometidas a una fuerte presión y algunas se encuentran al límite de sus capacidades.
“El concepto clave es el de caudal mínimo ambiental, el que debe tener un río o un acuífero para que su situación sea sostenible en el largo plazo”, señala Erika Zárate, encargada de programas de la WFN. “Se pueden hacer todas las operaciones de extracción siempre que no se ponga en riesgo este caudal mínimo, que depende de cada fuente”.
En México el problema proviene no sólo de la presión demográfica, sino también de los patrones de utilización del agua por parte de la agricultura, que sigue demandando prácticamente la misma que hace 20 años. “Uno de los grandes retos que tenemos es mejorar nuestra capacidad de captación de lluvias y recarga de los acuíferos”, dice Vidal Garza, director de la Fundación Femsa. El ejecutivo, encargado de las políticas ambientales de uno de los mayores conglomerados industriales de América Latina, recalca la experiencia obtenida por los organismos y empresas en el centro y norte del país. “Ciudades como Monterrey, Saltillo y Tijuana se destacan por el aprovisionamiento, el trata-miento de fugas y sistemas de cobro adecuados a la realidad”.

Para el profesor José Tundisi, director del Instituto Internacional de Ecología, con sede en la ciudad paulista de São Carlos, el tratamiento y la reutilización del agua son temas pendientes en Brasil: “Faltan definiciones más claras para atraer inversiones que reduz-can la contaminación orgánica en las grandes ciudades. Sólo un 30% de las aguas son tratadas”.
Pero en ambos países ya se están construyendo enormes centrales de tratamiento, para que el agua contaminada sea reutilizada. Es el caso de la planta de Atotonilco, en el estado de Hidalgo, México, y de Aquapolo, en São Paulo. Atotonilco ha sido anunciada como la mayor planta de tratamiento de agua del mundo. Requiere de una inversión de US$ 725 millones (lo hace un consorcio en el que participa Carlos Slim) y se enmarca en el Programa de Sustentabilidad Hídrica de la Cuenca del Valle de México. Por su parte, Aquapolo (proyecto en que participan Odebrecht y la sanitaria Sabesp) proveerá de agua reciclada al polo petroquímico paulista, con lo cual grandes consumidores como Braskem (el séptimo mayor conglomerado petroquímico del mundo) bajarán su consumo de agua de primer uso.
En este contexto de creciente “estrés hídrico”, también están cobrando fuerza nuevas tecnologías para recoger agua de las lluvias y de la niebla, o para desalinizar el agua de mar. Esta última, a pesar de su mayor costo, se está utilizando cada vez más en regiones de alto estrés hídrico, como el Medio Oriente o el norte de Chile.

 SEGURIDAD HÍDRICA
Algunos ya hablan de que así como muchas guerras de los últimos 100 años han sido por el petróleo, en el futuro se darán “guerras del agua”. Para Andrei Jouravlev, experto en recursos naturales de la Cepal, se trata más bien de una exageración periodística. “En Chile hay grandes reservas de agua dulce, pero no puedes meterlas en un portaaviones y llevártelas”, dice.
Lo que está claro es que la existencia de áreas con escasez y otras con abundancia de agua debe ser analizada en el contexto mayor del comercio mundial de recursos naturales. “En América Latina hay abundancia de agua y en otras partes del mundo hay escasez, y muchas de ellas son ricas en petróleo”, dice Hoekstra, de la WFN. “Esto abre interesantes preguntas y posibilidades geopolíticas”.
Si bien el agua no puede viajar como tal, sí lo hace a través de los productos. Entonces, la ecuación ya no es sólo entre materias primas versus bienes de capital, sino entre barriles de petróleo y alimentos.
Aquí surge el tercer gran concepto, la seguridad hídrica. Las regiones y países que ya experimentan escasez están aplicando políticas específicas para asegurar el suministro. Junto con construir las mayores plantas de desalinización del mundo, Israel está controlando cuánta agua virtual exporta. “Desincentivan la exportación de productos de bajo precio internacional e intensivas en agua, como las naranjas, y estimulan la exportación de otros de alto valor”, dice el profesor Hoekstra.
Es lo que no se hizo en Uzbekistán, el segundo mayor exportador de algodón después de Estados Unidos. Se han sugerido decenas de soluciones a la muerte paulatina del mar de Aral: introducir un algodón menos intensivo en el uso de agua, mejorar los canales de irrigación, instalar represas y plantas desalinizadoras, llevar agua del Volga o del mar Caspio. Todas son carísimas. Mientras tanto, algunos empresarios locales han organizado circuitos turísticos por los lugares más pintorescos del lago… o de lo que queda de él.


Frente a este panorama no es de extrañar la privatización de la administración del agua así como su comercialización se han vuelto una de los objetivos claves de numerosas multinacionales. El caso del gigante Nestlé, líder mundial en el mercado del agua mineral resulta de lo más esclarecedor. Mientras que millones y millones de personas no poseen acceso al agua potable, el gigante suizo presenta en la actualidad al menos una embotelladora en cada país.

Poco tiempo atrás, interrogado frente a la cuestión del agua, el entonces director ejecutivo  de la compañía, Brabeck-Letmathe, conocido también como el Sr. Nestlé, estimaba que la cuestión de la privatización del agua podía abordarse de dos maneras: la primera, desde un punto de vista, según él, extremista,  opinión defendida por agunas ONG que consideran que el agua es un bien público." Barriendo con esta tesis, el Sr Nestlé insiste: "El agua, es una materia prima alimentaria, y como todas ellas, debe necesariamente tener un valor comercial”

En el siglo XX, la principal causa de las guerras ha sido el petróleo, en el siglo XXI se anuncian “las guerras del agua”.
Damián Jacubovich



Damián JACUBOVICH, 41 años, geopolitólogo, especialista en conflictos geopolíticos y geoestrategia en América Latina y el mundo. Ha trabajado como diplomático para el gobierno francés en América Latina y como asesor en relaciones internacionales para diferentes alcaldías en Argentina. Actualmente se desempeña como investigador del departamento de Economía Política y Sistema mundial del Centro Cultural de la Cooperación   como asesor y consultor independiente en diversas temáticas que hacen a la geopolítica y participa en distintos medios nacionales e internacionales.
 

1 comentario:

Unknown dijo...

El agua es un recurso considerado anteriormente como renovable, hoy debemos de considerar que parte de la población o ya no tiene o no tendrá acceso a ella, por eso debemos cuidarla y visualizar su administración en situaciones futuras