El Salvador ha entrado en una inesperada crisis institucional.
Momentos difíciles vive el Salvador de Nayib Bukele, este joven presidente de menos de 40 años quién se encuentra en el poder desde el 1ero de junio del 2019.
Todo comenzó cuando el Congreso se negó a aprobar un préstamo de 109 millones de dólares que había sido solicitado en novembre 2019 por el Ministerio las Finanazas para la tercera fase del « Plan de Control Territorial » lanzado por Bukele 20 días luego de haber asumido la preseidencia. El plan de seguridad inlcuia la compra de drones, un buque, helicópteros, cámaras de seguridad y cámaras de reconocimiento facial, entre otros elementos militares.
El domingo 9 de febrero, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, resolvió desplegar a las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional Civil, fuerzas especiales y franco tiradores en la capital salvadoreña, pero especialmente en el Congreso. Las imágenes de los militares en el Congreso son impactantes y han traído muy malos recuerdos en América Latina.
Aunque el propio mandatario definió los hechos como un operativo de seguridad y no un acto de militarización, muchos sectores nacionales e internacionales manifestaron su preocupación ante la presencia armada en la Asamblea Legislativa y entendieron que esto solo tiene precedentes en los años del conflicto armado antes de la firma de los Acuerdos de Paz en 1992.
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Los integrantes de la oposición señalaron que el préstamo solicitado primero tenía muchos puntos oscuros y no transparente y que en segundo lugar, iba a terminar recayendo sobre el bolsillo del ciudadano.
Por el lado de los seguidores de Bukele, señalan que el inmobilismo parlamentario es el que está frenando el país.
Como viene sucediendo en el resto de la región, la polarización se va a instalando, con ella el odio al prójimo, muy preocupante el sendero que está tomando la política en ese país
Momentos difíciles vive el Salvador de Nayib Bukele, este joven presidente de menos de 40 años quién se encuentra en el poder desde el 1ero de junio del 2019.
Todo comenzó cuando el Congreso se negó a aprobar un préstamo de 109 millones de dólares que había sido solicitado en novembre 2019 por el Ministerio las Finanazas para la tercera fase del « Plan de Control Territorial » lanzado por Bukele 20 días luego de haber asumido la preseidencia. El plan de seguridad inlcuia la compra de drones, un buque, helicópteros, cámaras de seguridad y cámaras de reconocimiento facial, entre otros elementos militares. El domingo 9 de febrero, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, resolvió desplegar a las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional Civil, fuerzas especiales y franco tiradores en la capital salvadoreña, pero especialmente en el Congreso. Las imágenes de los militares en el Congreso son impactantes y han traído muy malos recuerdos en América Latina.
Aunque el propio mandatario definió los hechos como un operativo de seguridad y no un acto de militarización, muchos sectores nacionales e internacionales manifestaron su preocupación ante la presencia armada en la Asamblea Legislativa y entendieron que esto solo tiene precedentes en los años del conflicto armado antes de la firma de los Acuerdos de Paz en 1992.
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Los integrantes de la oposición señalaron que el préstamo solicitado primero tenía muchos puntos oscuros y no transparente y que en segundo lugar, iba a terminar recayendo sobre el bolsillo del ciudadano.
Por el lado de los seguidores de Bukele, señalan que el inmobilismo parlamentario es el que está frenando el país.
Como viene sucediendo en el resto de la región, la polarización se va a instalando, con ella el odio al prójimo, muy preocupante el sendero que está tomando la política en ese país
