El covid-19 significó una parálisis para numerosos países, para otros una preocupación entre otras, Rusia, China y Turquía de su lado, aprovecharon el "parate" global del covid-19, la crisis europea y el aislacionismo estadounidense para avanzar sus peones en el tablero geopolítico.
La diplomacia turca está a full y mueve fichas geopolíticas por todos lados. Algunas militares y otras de caracter más simbólicas.
Julio 2020, la iglesia museo Santa Sofía, símbolo de la cristiandad en Medio Oriente, se convirtió en Mezquita, teléfono para Occidente.
Turquía, dijimos mueve para todos lados, ya se hizo fuerte en Siria, en medio oriente en Siria, pero tb de manera más silenciosa en Libia, desembarcando para socorrer el gobierno "legal" libiano, transformándose de ahora en más en un actor clave de la crisis en ese país.
En diciembre 2019 el parlamento turco ratificaba un acuerdo de cooperación militar entre el gobierno de Ankara y Trípoli. Y en ese mismo período, 7000 miliciano turcos eran transferidos de Siria eran al frente libiano.
Porque tanto interés turco en Libia? Primer dato dato importante, Libia primer productor de petróleo de África, delante de Nigeria y Argelia, y recordemos que Turquía no produce la energía que consume necesita asegurarse varias canillas para no depender de ninguna, llamese Iran, Qatar o Rusia. Segundo dato importante, Libia es clave abrir o cerrar los grifos migratorios de África hacia Europa, tercer dato Libia representa la puerta de entrada para Turquí al Mercado africano.
Conflicto con Grecia.
A esto se le debe agregar la reivindicación turca de una zona económica exclusiva en el mar mediterráneo oriental que ocasiona un resurgimiento de tensiones con Grecia. La tensión está hirviendo en las aguas del Mediterráneo oriental mientras Grecia y Turquía, aliados de la OTAN pero rivales históricos por el tema de Chipre entre otros, avanzan lentamente hacia un posible enfrentamiento militar que podría terminar envolviendo a la región.
¿Porqué tanta ansias turcas de mostrarse belicoso, guerrero en todos los frentes?
Más allá de sus ansias de recuperar el brillo, Turquía apuesta a convertirse en un gran exportador de armas, entonces también le interesa mostrar que da la talla para eso. Se han hecho muy famosos en los últimos tiempos, los drones turcos
Bayraktar TB2. El periódico francés Le Monde ha declarado que desde principios de año el equilibrio del poder militar en Libia ha cambiado a favor del Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA).
¿ Por eso Turquía el gran retorno?
Geopolítica de Turquía
Para comprender los anhelos geopolíticos de Turquía no puede dejarse de mencionar el pasado glorioso del Imperio Turco Otomano y su relación con el pueblo kurdo (ver geopolítica de kurdistán)
Con aproximadamente 80 millones de habitantes, localizada en un cruce de caminos de varios continentes, controlando a la vez los estrechos del mar negro y situándose en el corazón de algunas de las regiones más conflictivas del mundo, Turquía sin dudas tiene razones de sobra en la actualidad para sentirse más omnipotente que nunca al mismo tiempo que su presidente Recep Tayyip Erdoğan aparece como el nuevo hombre clave de la geopolítica internacional, habiéndose vuelto en un actor ineluctable tanto para la Unión Europea, como para Rusia, Siria, Irán y Estados Unidos sin dejar de mencionar su papel de mediador en el conflicto entre Ucrania y Rusia. Erdogán para muchos, uno de los hombres geopolítcos del momento, también llamado el hombre de los Balcanes, muy activo en el tema de Bosnia y la implementación de un Estado islamizado en ese país, ha presionado también a Grecia para el reconocimiento del nombre de Macedonia del Norte, Turquía también presente en Chipre Norte (país que pertenece a la Unión europea, con la famosa frase de Erdogan "Turquía no se irá nunca de Chipre, Erdogan que también ha tenido en jaque a Arabia Saudita con el tema del asesinato del periodista Kashoggui.
Con aproximadamente 80 millones de habitantes, localizada en un cruce de caminos de varios continentes, controlando a la vez los estrechos del mar negro y situándose en el corazón de algunas de las regiones más conflictivas del mundo, Turquía sin dudas tiene razones de sobra en la actualidad para sentirse más omnipotente que nunca al mismo tiempo que su presidente Recep Tayyip Erdoğan aparece como el nuevo hombre clave de la geopolítica internacional, habiéndose vuelto en un actor ineluctable tanto para la Unión Europea, como para Rusia, Siria, Irán y Estados Unidos sin dejar de mencionar su papel de mediador en el conflicto entre Ucrania y Rusia. Erdogán para muchos, uno de los hombres geopolítcos del momento, también llamado el hombre de los Balcanes, muy activo en el tema de Bosnia y la implementación de un Estado islamizado en ese país, ha presionado también a Grecia para el reconocimiento del nombre de Macedonia del Norte, Turquía también presente en Chipre Norte (país que pertenece a la Unión europea, con la famosa frase de Erdogan "Turquía no se irá nunca de Chipre, Erdogan que también ha tenido en jaque a Arabia Saudita con el tema del asesinato del periodista Kashoggui.
Turquía es además "guardián" de la región en donde transitan gran parte de los gasoductos que alimentan Europa, le debemos agregar la reciente finalización del gasoducto Turkstream, una nueva ruta que va desde Rusia pasa por Turquía y finaliza en Europa. Sin dejar de mencionar que este país tiene en jaque a la Unión Europea también por el tema de las migraciones ya que tiene el poder geopolítico de abrir y cerrar el grifo migratorio proveniente de Siria.
Historia geopolítica de Turquía últimos 20 añosNi bien llegado al poder Erdogán en el 2003 junto con el partido AKP, Siria se vuelve inmediatamente un punto geoestratégico clave para la proyección geopolítica turca, que ve en este país limítrofe, una puerta para expandir su influencia geopolítica en la región de Medio Oriente. Empiezan entonces unas excelentes relaciones económicas y culturales con la Siria de Bashar Al Asad, a partir de la cuál, Turquía intentaría transformarse en una potencia regional y un polo de atracción en Medio Oriente. Turquía, a principios del siglo XXI, aparecía como el Estado Musulmán modelo en el mundo, (al menos para occidente) con un islam moderno y ultra moderado, podemos hablar de luna de miel entre Occidente y Turquía. Las cosas comienzan a complicarse en el 2011 con las llamadas Primaveras Árabes, una fuerte revuelta civil en Siria exige la renuncia del presidente sirio Bashar Al Asad. Erdogan ve en esta nueva situación, una oportunidad soñada para poder reconfigurar a su conveniencia el Medio Oriente en general y Siria en particular. Esa elección geoestratégica que se traduciría por comenzar a financiar la oposición siria y apostar (como la gran mayoría del mundo) a la caída de Bashar Al Asad, se volvería costosa por demás y significaría un apagón en el resplandor regional que la Turquía de Erdogán había logrado hasta entonces. Por un lado, la oposición siria comienza a ser copada, aparateada, por grupos terroristas, lo cual implica que el gobierno turco termine a financiando a DAESH con la ilusión de por un lado, voltear el gobierno de Asad y por el otro lado, contener los kurdos que luchaban contra Daesh, siendo los kurdos una amenaza histórica con sus deseos de independencia. Este apoyo a Daesh comienza a representar poco a poco una verdadera amenaza a la seguridad interna y un enfriamiento en las relaciones internacionales con Occidente. Por otro lado, al elegir la caída de Bashar Al Asad también le significa un distanciamiento con la Rusia de Putín que desde el primer momento elige sostener al actual presidente sirio. Demasiado para Turquía. Este apagón durará hasta el año 2016, cuándo se producen dos hechos de importancia : en el plano interno ocurre una tentativa de golpe de estado para derrocar a Erdogan pero de lo cual termina saliendo muy fortalecido después de llevar a cabo una depuración en el aparato estatal y fortalecerse enormemente en el plano interno. En el plano externo, el gobierno turco se da cuenta,o se convence, que finalmente la caída de Bashar Al Asad tan anunciada no se produce y que en la ecuación siria el presidente sirio debe ser tenido en cuenta, decide entonces rever su posición y volver a acercarse al régimen sirio y a partir de ahí comenzaría el nuevo repunte geopolítico de Turquía que le llevaría a este presente tan resplandeciente por decirlo de alguna manera al tejer una nueva y temible alianza con Putín y volver un actor fundamental en la geopolítica de Medio Oriente.
Hoy sin dudas respecto de Siria y en Medio Oriente, la estrategia turca consiste a consolidar su presencia militar de manera prolongada en el norte de Siria para evitar cualquier tipo de intento de autonomía por parte de los kurdos de Turquía que representa el 20% de la población turca con aprox 15 millones de kurdo-turcos que pudieran "contagiarse" de una potencial autonomía de los kurdos sirios e iraquies. También el consolidarse geopolíticamente en Siria podría representar para Turquía un especie de mediador entre los intereses rusos y occidentales en la región, sin dudas uno de los grandes objetivos geopolíticos turcos. Cabe mencionar que militarización de Siria por parte de Turquía no es vista con buenos ojos ni por Rusia ni por Irán, dos actores de peso en Medio Oriente. Hoy Siria desea además sellar la frontera con Siria, frontera que en su momento dejó abierta deliberadamente, frontera que se transformó en un colador tanto para que pasen los djadistas como para que pasen los refugiados.
Historia geopolítica de Turquía últimos 20 añosNi bien llegado al poder Erdogán en el 2003 junto con el partido AKP, Siria se vuelve inmediatamente un punto geoestratégico clave para la proyección geopolítica turca, que ve en este país limítrofe, una puerta para expandir su influencia geopolítica en la región de Medio Oriente. Empiezan entonces unas excelentes relaciones económicas y culturales con la Siria de Bashar Al Asad, a partir de la cuál, Turquía intentaría transformarse en una potencia regional y un polo de atracción en Medio Oriente. Turquía, a principios del siglo XXI, aparecía como el Estado Musulmán modelo en el mundo, (al menos para occidente) con un islam moderno y ultra moderado, podemos hablar de luna de miel entre Occidente y Turquía. Las cosas comienzan a complicarse en el 2011 con las llamadas Primaveras Árabes, una fuerte revuelta civil en Siria exige la renuncia del presidente sirio Bashar Al Asad. Erdogan ve en esta nueva situación, una oportunidad soñada para poder reconfigurar a su conveniencia el Medio Oriente en general y Siria en particular. Esa elección geoestratégica que se traduciría por comenzar a financiar la oposición siria y apostar (como la gran mayoría del mundo) a la caída de Bashar Al Asad, se volvería costosa por demás y significaría un apagón en el resplandor regional que la Turquía de Erdogán había logrado hasta entonces. Por un lado, la oposición siria comienza a ser copada, aparateada, por grupos terroristas, lo cual implica que el gobierno turco termine a financiando a DAESH con la ilusión de por un lado, voltear el gobierno de Asad y por el otro lado, contener los kurdos que luchaban contra Daesh, siendo los kurdos una amenaza histórica con sus deseos de independencia. Este apoyo a Daesh comienza a representar poco a poco una verdadera amenaza a la seguridad interna y un enfriamiento en las relaciones internacionales con Occidente. Por otro lado, al elegir la caída de Bashar Al Asad también le significa un distanciamiento con la Rusia de Putín que desde el primer momento elige sostener al actual presidente sirio. Demasiado para Turquía. Este apagón durará hasta el año 2016, cuándo se producen dos hechos de importancia : en el plano interno ocurre una tentativa de golpe de estado para derrocar a Erdogan pero de lo cual termina saliendo muy fortalecido después de llevar a cabo una depuración en el aparato estatal y fortalecerse enormemente en el plano interno. En el plano externo, el gobierno turco se da cuenta,o se convence, que finalmente la caída de Bashar Al Asad tan anunciada no se produce y que en la ecuación siria el presidente sirio debe ser tenido en cuenta, decide entonces rever su posición y volver a acercarse al régimen sirio y a partir de ahí comenzaría el nuevo repunte geopolítico de Turquía que le llevaría a este presente tan resplandeciente por decirlo de alguna manera al tejer una nueva y temible alianza con Putín y volver un actor fundamental en la geopolítica de Medio Oriente.
Hoy sin dudas respecto de Siria y en Medio Oriente, la estrategia turca consiste a consolidar su presencia militar de manera prolongada en el norte de Siria para evitar cualquier tipo de intento de autonomía por parte de los kurdos de Turquía que representa el 20% de la población turca con aprox 15 millones de kurdo-turcos que pudieran "contagiarse" de una potencial autonomía de los kurdos sirios e iraquies. También el consolidarse geopolíticamente en Siria podría representar para Turquía un especie de mediador entre los intereses rusos y occidentales en la región, sin dudas uno de los grandes objetivos geopolíticos turcos. Cabe mencionar que militarización de Siria por parte de Turquía no es vista con buenos ojos ni por Rusia ni por Irán, dos actores de peso en Medio Oriente. Hoy Siria desea además sellar la frontera con Siria, frontera que en su momento dejó abierta deliberadamente, frontera que se transformó en un colador tanto para que pasen los djadistas como para que pasen los refugiados.
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