*Por Damián Jacubovich geopolitólogo y analista internacional
Nadie sabe a ciencias ciertas quién tiene qué en materia armamentos en el espacio. Pero una cosa queda clara que el poder de fuego de las 3 potencia es apocalíptico. Lo novedoso en la historia del hombre es la posibilidad de conflicto espacial entre las potencias que existe "
Nadie sabe a ciencias ciertas quién tiene qué en materia armamentos en el espacio. Pero una cosa queda clara que el poder de fuego de las 3 potencia es apocalíptico. Lo novedoso en la historia del hombre es la posibilidad de conflicto espacial entre las potencias que existe "
¿Quién va a controlar el espacio durante las próximas décadas?
Hace tiempo que las potencias ávidas de supremacía han traslado sus conflicto o bien sus capacidades de disuasión, al espacio exterior. Porqué la ecuación se está volviendo cada vez simple en ese sentido, "quién controla el espacio controla la Tierra, esta última cada vez más dependiente a nivel tecnológico de lo que ocurre allá arriba".Con las declaraciones de Trump en junio del 2018, Estados Unidos oficializa la era de las fuerzas armadas espaciales. Hay que dejar claro que en el plano militar estadounidense esto
no representa novedad alguna, en cambio en el plano político interno y externo
y en el dominio de lo simbólico sí.
Cabe también preguntarse, cuál será entonces esta nueva versión de carrera espacial iniciada en tiempos de la Guerra Fría en dónde dos modelos de sociedades competían y se amenazaban mutuamente. Esta competencia se producía tanto en el ámbito civil, en dónde la llegada a la luna aparecía como una de las vidrieras más interesante para promocionar uno u otro modelo como en el ámbito militar, en dónde el espacio era y es utilizado para todo lo referente al espionaje del enemigo. A modo informativo, los primeros satélites espías empezaron a tomar fotos en 1960. Hoy en el ámbito militar el espacio, a través de las flotas satelitales, se ha vuelto crucial para todo lo relacionado con la llamada inteligencia así como para el apoyo a las operaciones sean terrestres, marítimas y de aire, sin dejar de mencionar el ámbito de las cyber guerras. Estados Unidos, China, Rusia y las principales potencias del mundo bien lo saben. Cuando hablamos de fuerzas espaciales no hablamos de presencia humana en el espacio, al menos aún no, sino de poder de fuego dentro del espacio, es decir por ejemplo, la capacidad de destrucción u obstrucción de una flota satelital a otra.
La gran pregunta que se hacen los analistas en la materia es saber quién va a controlar el espacio durante las próximas décadas? La respuesta si bien aparece como difusa si podemos afirmar que la geopolítica del Espacio es más que nunca, dentro del concierto de las naciones, un tema que se juega en las llamadas grandes ligas, es decir entre los 10 países más poderosos; pero sobre todo entre Rusia, China y Estados Unidos.
"El cosmos, ya se ha convertido en un eje geoestratégico fundamental". Estados Unidos oficializa la era de las fuerzas armadas espaciales.
¿A la pregunta cómo viene la carrera espacial entre Estados Unidos, China y Rusia?, es difícil responder ya que es difícil saber a ciencias ciertas quién tiene qué en materia de tecnología militar de cualquier tipo. Si bien China en 2007 hizo una demostración de fuerza en el plano militar espacial destruyendo un satélite propio y enviando a la vez un claro mensaje al mundo de su capacidad militar en el espacio, se debe reconocer que esta tecnología ya está en mano de las principales potencias que dominan el ámbito espacial. En la actualidad EE.UU es el que posee mayor flota satelital. es importante señalar que un satélite por sí mismo no es ni militar ni civil. Es el tipo de carga útil que lleva lo que le permite a uno llegar a una decisión con respecto a su carácter militar o civil .Ref N-1 Sin embargo, incluso la distinción anterior es ahora difusa. Por ejemplo, un satélite civil puede transportar transpondedores militares y viceversa. Los satélites civiles comerciales también son conocidos por llevar a cabo tareas militares incluyendo posibilitar comunicaciones e imágenes militares. Al mismo tiempo, satélites militares como el GPS NAVSTAR tienen más usuarios civiles que usuarios militares.Hay que tener en cuenta, siempre, según lo declarado, que el presupuesto militar estadounidense es monstruoso, al lado del presupuesto chino y ruso. En ese sentido, el presupuesto de EE.UU representa casi el 50% del presupuesto militar armamentístico de todo el planeta, teniendo en cuenta que las fronteras entre lo militar y lo espacial son porosas, sería ingenuo pensar que en todos estos años, Estados Unidos no ha hecho inversiones en el ámbito militar espacial. De hecho el sector militar espacial estadounidense ya está recibiendo la nada despreciable suma de 15 mil millones de dólares anuales y se calcula que dicho sector recibe otros 10 mil millones de dólares anuales en materia de presupuesto para proyectos clasificados.
Con las recientes declaraciones del gobierno estadounidense en donde reconoce la necesidad de dotar a Estados Unidos de una fuerza espacial, uno puede reconocerle al menos al gobierno de Trump, el haber arrancado una máscara, por no decir careta, que existía respecto al geopolítica militar espacial.
Un tratado espacial obsoleto
Lo primero para decir sobre el tratado, es que prohíbe la colocación de armamento nuclear pero no el de armas en el espacio.
Hace aproximadamente 50 años, más exactamente en 1967, entraba en vigor el Tratado Sobre El Espacio Ultraterrestre o Tratado Sobre El Espacio Exterior cuyo nombre completo es Tratado sobre los principios que deben regir las actividades de los Estados en la exploración y utilización del espacio ultra-terrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes. 50 años después, los apetitos han ido en aumento y para para numerosos expertos este tratado ha quedado obsoleto frente a esta nueva era del New Space que se está abriendo. Una nueva era en dónde las grandes potencias ensayan en el espacio mismo sus nuevas armas espaciales, armas alrededor de las cuáles poco es lo que se sabe y en dónde poco a poco el sector privado comienza a ganar su lugar también, así como en la geopolítica militar en general. El tratado efectivamente no preveía que los millonarios de la Silicon Valley se lanzarían en viajes estelares, o bien algunas empresas comenzarían a planificar la posible explotación de recursos provenientes de los asteroides. Esto último resulta uno de los principales razones por la cuál los expertos señalan la necesidad de actualizar el tratado que no incluye grosso modo al sector privado. De hecho, hasta el día de hoy, cualquier astronauta es considerado como un enviado de la humanidad ¿sucedería lo mismo con los pasajeros de iniciativa privada.
Si bien en el año 1967 un acuerdo en común había sido fácil de encontrar, en la actualidad esto se ha vuelto más difícil ya que vivimos una nueva dinámica respecto de la Geopolítica del Espacio los intereses de las naciones se han ido clarificando y la explotación comercial hoy en el centro del debate, no había sido tenido en cuenta en ese momento.
Otro tema sin duda importante a la hora de regularizar a nivel geopolítico espacial es el tema de los desechos espaciales y las llamadas constelaciones de satélites cada vez más numerosas, hablamos de miles de satélites puestos en órbitas, algunos del tamaño de un cubo de 10cm y otros del tamaño de un autobús.
Los Estados Unidos deben contar con una Space Force: está parece ser la nueva obsesión de Donald Trump : los EE.UU deben tener una "Space force". Algunos analistas sostienen que más que estar preocupado por la geopolítica del espacio, la preocupación de Trump es quedar en la historia con una gran transformación de las fuerzas armadas americanas. En agosto del 2018 Mike Spence, vice-presidente de los Estados Unidos efectuaba un anuncio histórico: "El tiempo ha llegado de escribir el próximo gran capítulo de la historia de nuestras fuerzas armadas y preparar el de la batalla. Llegó la hora de la fuerza espacial de los Estados Unidos". Aclaramos que en el corto plazo significaría que simplemente una modificación administrativa y que el sector que en la actualidad pertenece a las Fuerzas Aéreas se convierta en fuerza independiente. Queda claro que no se tratará de tropas sino de satélites. Vale aclarar que un punto clave en la actualidad es que las operaciones militares dependen en gran parte de los satélites para poder obervar / espionar los sitios enemigos, interceptar las comunicaciones y orientar los misiles. Es por eso que en caso de enfrentamiento entre grandes potencias, la capacidad de neutralizar la fuerza satelital del adversario será sin dudas clave.
A la pregunta que surge sobre cuál podría ser el impacto de una guerra librada en el espacio...la respuesta es la misma: el miedo a la guerra nuclear y la destrucción del planeta, es la espada de Damocles que sobrevuela cada vez que uno conjetura acerca de las posibles consecuencias de un enfrentamiento entre grandes potencias con un estado de proliferación nuclear tan avanzado. Lo que tal vez inquieta un poco es que el presidente de los Estados unidos, habló de dominación del Espacio lo que efectivamente no resulta de lo más tranquilizador para las otra potencias ya que implica de facto un rechazo a la cooperación con las otras potencias y a la interdependencia.
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