Por Damián Jacubovich analista internacional y geopolitólogo
Geopolítica del
turismo
El turismo es en la actualidad
uno de los motores económicos más desconocidos del gran público; y esto, pese a
representar aproximadamente el 10%* del Producto Bruto Interno (PBI) del
planeta y a proveer aproximadamente 300 millones de empleos en el mundo entero.
De esta manera el turismo se consolida como un nuevo sector estratégico que
reagrupa actividades cada vez más diversificadas con un peso cada vez mayor en
la geopolítica mundial.
Es importante señalar que no se
puede explicar este auge del turismo sin tener cuenta los avances tecnológicos
de las últimas décadas en materia de transportes (trenes, barcos, aviones,
etc..) y comunicacionales.
A imagen de lo que acontece con
el comercio mundial, el turismo ha sido testigo de la emergencia consolidada de
los países asiáticos. De esta manera, países de la región de Asia Pacífico
tales que China, Malasia, India, Corea del Sur, etc. han visto emerger una
clase media que comparte de igual manera que sus pares occidentales una misma
necesidad de viajar y conocer nuevos escenarios. El resultado no se ha hecho
esperar, hoy el turista chino, ha desplazado a su homólogo estadounidense para
convertirse en la principal fuerza motriz de la industria del turismo. A modo
de ejemplo, en el 2016, el viajero internacional chino ha desembolsado para sus
viajes un total de 261 mil millones de dólares; esto representa una suma mayor
al PBI cumulado de Grecia y Portugal. No quedan dudas que el crecimiento
económico chino ha hecho de la población china una formidable oportunidad para
la industria del turismo convirtiéndose para muchos en la verdadera locomotora
del turismo mundial. Este fenómeno ha lógicamente desencadenado una exacerbada
competencia entre los países potencialmente destinatarios del turismo chino.
El turismo se ha vuelto fenómeno
global masivo, involucrando anualmente según cálculos más de mil doscientos
millones de personas y dejando ingresos de aproximadamente mil quinientos millones
de dólares. Para dar una idea del
incremento de turistas en los últimos tiempos, se calcula que, en el año 2007,
el mundo contaba con 800 millones de turistas, es decir un incremento del 50%
en los últimos 10 años. Es importante igualmente aclarar que esas cifras
incluyen también el turismo interno y no solamente el turismo internacional.
Turismo, seguridad y terrorismo
El turismo para desarrollarse
dentro de un país o territorio, precisa de un elemento esencial que es el “factor
seguridad”. El turista suele no elegir como destino, los países calificados
como no seguros o en dónde la seguridad haya sido puesta en jaque
recientemente. En ese sentido, la
multiplicidad de atentados de los últimos años, cuyos objetivos en numerosos
casos han sido justamente lugares turísticos, pone de manifiesto lo mencionado.
Egipto es uno de los tantos
ejemplos, en dónde el binomio seguridad / turismo puede influir en la
geopolítica interna de un país. Sacudido primero por un terremoto político
interno con la convulsionada llegada de los Hermanos Musulmanes al poder en
2012, luego por el Golpe de Estado orquestado por la Junta Militar en 2013 y la
sangrienta persecución a los seguidores de los Hermanos Musulmanes. Si a esto,
le sumamos una serie de atentados terroristas perpetrados a partir del 2015, no
es de extrañar que la economía de Egipto, fuertemente dependiente de los ingresos
de la industria del turismo (el turismo representa más del 10% del PBI egipcio)
se haya visto fuertemente afectada. Algunos datos al respecto aportados por RTVE
1- 14.731.000
turistas viajaron en 2010, cifra que cayó hasta 9.327.804 en 2015.
2- Entre
2015 y 2016 el turismo egipcio de desplomó un 50%
Túnez es otro ejemplo muy
similar.
Finalmente, el turismo, sin dudas está teniendo un rol de importancia en lo que es la difusión de la democracia occidental, siendo estos países los mayores receptores del turismo internacional, la imagen y el modo de vida occidental se ha convertido en un arma de penetración para sociedades con regímenes políticos diferentes. Es el caso no solamente de los turistas chinos cada vez más asiduos visitantes de las grandes capitales occidentales, empapándose de esa manera de un modo de visa occidentalizado; pero lo es también para países receptores de importantes flujos turísticos como el caso de Cuba; en dónde el turismo se ha convertido en un arma de desestabilización por parte de Estados Unidos hacia el régimen cubano. Efectivamente con el desembarco en masa de turistas extranjeros en la isla y con todo el consumismo inherente que conlleva dicha actividad, la población ha visto modificada su percepción de la realidad. En el caso de Cuba, el turismo se ha convertido por ejemplo en una solución para la economía cubana, pero en un veneno para la idiosincrasia del régimen socialista.
Nota de Consulta
Los datos e indicadores han sido sacados del prestigioso programa
semanal radial francés “Géopolitique Le Débat”, en su programa de septiembre
del 2017 dedicado especialmente a la geopolítica del turismo, habiendo
participado del mismo:
Béatrice
Gibelin, geopolitóloga, Directora de la Revista Hérodote.
Christian
Girault, geógrafo y director de investigación del CNRS.
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