Geopolítica del Ártico o del Polo Norte

Geopolítica del Ártico o del Polo Norte
¿Nuevo el Dorado o falso espejismo?

*por Damián Jacubovich geopolitólogo 

La nueva geopolítica del Ártico es una de las consecuencias más espectaculares del calentamiento global. Desde aproximadamente principios del siglo XXI, el hielo del ártico funde de manera inexorable descubriendo zonas hasta ahora inaccesible y muy ricas en recursos naturales: petróleo, gas, minerales raros. Esta zona también presenta un gran potencial para la pesca y el turismo; revelando también las posibilidades de nuevas rutas marítimas. No es de extrañar que los apetitos de las naciones y sectores privados vayan in creciendo respecto a los derechos de explotación en esta zona así como la posibilidad de implementar diferentes proyectos de desarrollos. La fiebre planetaria por la conquista de los polos sigue en aumento y cada vez se organiza más, especialmente por el polo Norte y lo que algunos optimistas llaman El Dorado Ártico.


El ártico es hoy ambicionado geopolíticamente por los grandes sectores de poder de la Tierra.  Estados Unidos, China y Rusia se encuentran a la vanguardia en esta temática; pero Canadá, Groenlandia (hoy territorio autónomo de Dinamarca que aspira a convertirse en esta soberano), Dinamarca, Islandia y Noruega han acrecentado su interés y acciones en la zona, cuestión de no perder su porción de la torta ártica.

¿La primer pregunta que surge es porqué el Polo Norte despierta más interés que el Polo Sur?
Lo primero para mencionar es que el Polo Sur, más precisamente el territorio antártico, tiene una convención internacional que lo rige desde 1991 y que impide durante 50 años, es decir hasta 2048, cualquier tipo de explotación, militarización y nuclearización de la zona.


Otra diferencia entre la Antártida y el Ártico es que este último es un océano rodeado de continentes, en el cuál coexisten diversas soberanías a diferencia del Antártico en dónde lo que coexisten son reivindicaciones de soberanías no reconocidas. De alguna manera, el antártico no pertenece a nadie, a diferencia del ártico, para el cuál, según el derecho marítimo internacional, diferentes países (Estados Unidos, Rusia, Canadá, Dinamarca, Groenlandia y Noruega) poseen porciones continentales. 

Estos 6 países sumados a Suecia y Finlandia conforman el Consejo del Ártico creado en 1996. Dicho Consejo posee como funciones potenciar la cooperación y las cuestiones ambientales y posee además de los países miembros, otros miembros que son  las poblaciones autóctonas (seis organizaciones en total que no poseen derecho de votos pero en cambio sí un derecho consultativo), diversas organizaciones,  países observadores entre ellos, China.
La presencia de estos últimos en el Consejo pone de manifiesto que nadie quiere dejar de poner una fichita en esta zona del planeta.

Según estudios basados en probabilidades geológicas (y no resultados concretos de exploración), el Ártico podría contener 13% de los recursos mundiales de petróleo, 30 % de los recursos de gas del planeta, sin contar los minerales preciosos. Frente a este panorama, no es de extrañar como ya lo hemos mencionado, que algunos expertos hablen de un verdadero El Dorado. Sea como sea, queda claro que en el Ártico existe una cantidad importante de recursos y que  las principales potencias del mundo, están decididas a seguir de muy cerca lo que allí suceda.

Si hubiera que nombrar los dos países que más están invirtiendo a nivel de proyección geopolítica en el Ártico y el norte, no quedan muchas dudas para la mayoría de los analistas que se trata de Rusia y Noruega, incluso por encima de los Estados Unidos y Canadá. Por el lado de Rusia, Siberia la parte continental ártica rusa ha sido históricamente tenido un lugar muy importante en el imaginario del pueblo ruso. En consecuencia a lo recientemente mencionado, podemos afirmar que Rusia, llamado también “Gigante Polar”, tiene muy en cuenta la geopolítica del Ártico a la hora de asegurar su prosperidad durante el siglo XXI.


Por el lado de China, su interés, por no decir apetito, por el ártico resulta de suma importancia. Al hecho de no pertenecer a los llamados países soberanos continentales, lo ha tratado de remediar con importantísimas inversiones en territorios árticos. Unas de sus grandes inversiones se sitúan en Groenlandia, lo cual ha generado preocupación en el gobierno danés. Pero las inversiones chinas, no se han circundado solamente a Groenlandia, el ártico ruso también ha sido objeto de importantes inversiones. Incluso en el ártico estadounidense, sus inversiones son de suma importancia, a fines del 2017, aprovechando la visita de Donald Trump a Pekín, el gobierno chino anunciaba una inversión de 43.000 millones de dólares en Alaska en un proyecto que concierne el gas natural. Finalmente China, también marca su interés por este territorio, con importantes inversiones y apoyos a las investigaciones científicas. Para este fin, ya ha procedido a la fabricación del primer rompe hielo “made in China” llamado Xuelong y actualmente ya se encuentra construyendo el segundo.


 Respecto de las potenciales nuevas rutas marítimas que estarían naciendo producto del calentamiento global en el ártico y que podrían servir como nuevas rutas del comercio mundial,  las investigaciones demuestran que estas hipótesis no tienen por ahora mucho peso, la navegación por estas zonas continua a ser dificultosa, el único país que posee embarcaciones rompehielos con la suficiente eficiencia para poder remolcar otras embarcaciones es Rusia y así y todo la navegación no resulta evidente y los costos no resultan tan bajos al día de hoy.
En la actualidad, podemos afirmar que la aparición de las nuevas rutas marítimas en el ártico, lo que ha permitido sobre todo, es un aumento del turismo en esta zonas y mayor facilidad de abastecimiento para las poblaciones autóctonas 





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