Por Damián Jacubovich, analista internacional y geopolitólogo
La victoria de Donald TRUMP
en las últimas elecciones estadounidenses habilita e impone un sinfín de
análisis y grillas de lecturas, lo cual se hace por más difícil, aun inmerso en
el tsunami emocional que su victoria representa.
Lo primero para decir que es
la gran derrotada de estas elecciones es la imagen de los Estados Unidos hacia
el resto del planeta como nación, descreditada, una vez más, en sus cimientos
éticos a la hora de pretender conducir el mundo; desacreditada también y sobre
todo, como sociedad, capaz de haber catapultado a una disputa final, a dos
candidatos tan poco aceptables y/o potables a dirigir a la superpotencia que
tiene, por ahora, este planeta.
En segundo lugar, sin dudas,
aquí comienza el principio del fin para los partidos tradicionales, con una
clara victoria de los llamados partidos “ultras” o “anti-sistemas”. En ese
sentido, uno no puede dejar de lamentar que en estas elecciones
estadounidenses, el otro “anti sistema” pero humanista, Bernie Sanders haya quedado en el camino. De
todas maneras, Europa con la subida de los ultras nacionalismos en Francia,
Austria, Alemania, Dinamarca, etc. y los llamados ultras de izquierda en España
o Grecia, ya habían lanzado un preaviso al mundo, indicando que paulatinamente
ya no estaba quedando lugar para los pseudos bipartidismos del siglo XX.
En tercer lugar, nuevamente
gran fracaso para las encuestadoras, quiénes ya habían sufrido sendos golpes de
desacreditación en las últimas elecciones en Perú anunciando una victoria
contundente de Keiko Fujimori quien finalmente fue derrotada; o bien en el
reciente Referéndum en Colombia, vaticinando un aplastante triunfo del Sí que
termino siendo derrotado. Y ahora, el golpe final, la anunciada ganadora de las
elecciones por la mayoría de las encuestadoras, Hillary Clinton, cae derrotada, no por mucho es cierto, pero
de manera inapelable y todo el mundo que comienza a buscar las explicaciones
inexplicables.
¿Qué representa Trump según
lo visto en esta campaña?: un gran peligro de que los Estados Unidos sufra
desastres mayores a los existentes, es decir, el peligro de dejarse llevar por
las decisiones temperamentales de su presidente, y ni que hablar, cuando éste se encuentra a la cabeza del país
más armado y nuclear del mundo; de más está decir que las decisiones tomadas en
“caliente” pueden ser fatales para el planeta. Qué más personifica Trump, siempre según lo visto en la campaña; un
presidente ebrio de depravación moral, racismo machismo, crueldad (como pedir
que expulsen a un opositor de unos de sus meeting y que lo saquen a la calle,
pidiendo expresamente “que lo echen sin su abrigo porque hacía menos 10 grados
bajo cero afuera). Trump simboliza también el poder del dinero sobre cualquier
otro valor humano y tal vez lo más preocupante, el rostro oculto detrás de la
máscara que muchos estadounidenses tienen a la hora de pensar el mundo que los
rodea.
Queda claro que
todo esto
suma demasiado en la cuenta para encarar con cierto optimismo la nueva era que
se abre para Estados Unidos…
¿Y qué si hubiese ganado
Hillary Clinton? el panorama tampoco hubiese sido más alentador. La dinastía Clinton
bien se sabe, todo lo analiza a través del prisma de la élite, y a partir de esa lente es que actúa. Hillary siempre
ha sido reconocida por ser una paloma de dientes muy afilados, y eso tal vez
sea aún más peligroso, soñando con un Estados Unidos nuevamente más
intervencionista, con presencia militar activa en Siria, Afganistán, Irak y
donde sean solicitados los servicios del “gran gendarme del mundo”. Hillary Clinton bien conocida por ser
incapaz de torcerse un solo grado de lo establecido y aconsejado por el Orden
Mundial, su victoria en ese sentido, también dejaba pocas esperanzas para un cambio confortador
para esta maltrecha humanidad. La administración Clinton, sinónimo de la
mediocridad en la que se ve envuelta la política estadounidense de siempre, señalada
por la mayoría de los analistas nacionales e internacionales como la gran cómplice de haber generado una nación
capaz de parir un presidente como Trump.
Si bien la victoria de Trump ha generado mucho rechazo en Estados Unidos mismos y en el mundo entero, también se debe reconocer que son numerosos alrededor del planeta los que han celebrado la victoria del magnate: Putin en Rusia, Bashar Al Assad en Siria, Nethanyahu en Israel, la monarquía de Arabia Saudita, Abdel Fattah al-Sissi en Egipto, Rodrigo Duterte en Filipinas, el ala dura de los anticastristas en Miami y Florida, el presidente húngaro Viktor Orban, los partidos ultras en Europa, y otros polémicos etcéteras...Todos ellos saben que la nueva geopolítica de Barack Obama, los perjudicaba de sobremaneras, por su liberazlización extrema en materia de derechos humanos, diversidad de género, etc...
Muchos interrogantes se abren entonces a apenas unas escasos días de una de las mayores sorpresas geopolíticas de los últimos tiempos
¿Permitirá
el statu quo estadounidense que Donald Trump lleve a cabo en la práctica, sus discursos de
campaña? ¿Qué dirá el lobby de las armas estadounidense beneficiado por el
negocio más rentable del mundo que son las guerras frente a la afirmación de
Donald Trump de no inmiscuir más a los Estados Unidos en guerras lejanas,
costosas e inútiles? ¿Qué pasará con el histórico librecambismo estadounidense
de los últimos tiempos frente al deseo de Trump de practicar el proteccionismo
económico? ¿Qué será del plan de salud pública de Obama, semilla de un
posible estado de Bienestar en Estados
Unidos al cuál Trump declaró tener los días contados un caso de victoria? ¿Qué pasará con las relaciones entre México y
Estados Unidos después de las barbaridades pronunciadas por Trump sobre la
inmigración de ese país? ¿Qué será de la apertura a Cuba cuando el nuevo
presidente electo declaró que de llegar al poder cerraría toda posibilidad de
normalizar las relaciones con la Isla? ¿Qué será de Guantánamo y de los otros
centros de tortura que tiene Estados Unidos en el mundo, con un presidente
quién se ha expresado públicamente favorable a esta práctica? ¿Qué será de
Venezuela? ¿Estaremos en víspera de una
novela de ciencia ficción hecha realidad? Rusia y Estados Unidos abrazados por
una hermandad declarada y profesada por sus dos presidentes Vladimir Putin y
Donald Trump.¿Qué pasará con el acuerdo climático mundial del cuál Estados Unidos es pieza clave, y que a través de Barack Obama, ha logrado un compromiso esperanzador por parte de la superpotencia, a sabiendas que según las declaraciones de Trump, "el calentamiento global es un invento de la China para debilitar a Estados Unidos? ¿Qué pasará con la OTAN, el brazo armado de Occidente financiado en sus dos terceras partes por Estados Unidos, de la cuál Trump dijo que exigirá más participación financiera de sus integrantes, caso contrario Estados Unidos podría salirse de la misma? ¿Qué pasará con el Acuerdo nuclear con Irán que Trump juró desmantelar? Qué pasará con los tratados del TPP y ALENA a los cuáles Trump ha manifestado oponerse?
Numerosas dudas que el tiempo irá desvelando, por ahora, una sola certeza pensando en los días finales de Barack Obama: “Negrito te vamos a extrañar”
Damián JACUBOVICH: geopolitólogo y analista internacional, especialista en conflictos
geopolíticos y geoestrategia en América Latina y el mundo.
Damián Jacubovich |
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